viernes, 25 de abril de 2008

El mito de Edipo y Yocasta.

Queridos odiséicos, comenzamos este blog con un mito, el de Edipo y Yocasta.

Todo comenzó cuando el rey Layo de Tebas tuvo un hijo que según la profecía que la pitonisa de Delfos le leyó, lo asesinaría y desposaría a su mujer, que venía a ser su madre, Yocasta.
Buscando huir de ella, encargó a un pastor a que lo matase, pero el hombre se apiadó de él y lo dejó en un monte, colgado de los pies a un árbol mediante una barra de hierro, lo que le provocó un gran hinchazón. Un pastor de Corinto que pasaba por allí lo recogió y lo llevó a la corte del rey Pólibo, en donde fue criado por Mérope (o Peribea según fuentes), que le puso por nombre 'Edipo', literalmente 'que tiene los pies hinchados'.
Cuando Edipo llegó a la adolescencia, escuchó de sus compañeros que no era hijo de Mérope y Pólibo, y decidió visitar Delfos para asegurarse, aunque sólo consiguió que la pitonisa le contase la oscura profecía que decía que mataría a su padre y que se casaría con su madre.
Entonces, Edipo decidió no regresar a Corinto intentado huir de tal destino, y llegó a Tebas. Por el camino, en una encrucijada, se encontró con Layo, con quien discutió sobre quién tenía preferencia en el paso y a quien acabó matando.
Siguió su camino hacia Tebas y encontró a la terrible Esfinge, un monstruo que comía personas, mitad mujer mitad león, con alas de ave, que se decía que había sido instruido por las musas en el arte de las palabras. La Esfinge le propuso resolver un acertijo para dejarle con vida, Edipo lo acertó y ella, desesperada por la humillación, se suicidó precipitándose por un barranco y el pueblo de Tebas declaró a Edipo rey y lo casaron con Yocasta, que era en realidad su madre, con quien tuvo cuatro hijos: Ismene, Antígona, Eteocles y Polinices.
Debido al crimen que cometió al matar a su padre, una peste se apoderó de Tebas como némesis (castigo infundido por los dioses ante un crimen) por el parricidio de Layo, y Edipo mandó a su cuñado (y tío) Creonte a Delfos a preguntarle al oráculo cómo podrían sofocar la ira de los dioses, que estaba terminando poco a poco con la gente. Creonte regresó y expresó lo que la pitonisa había dicho: la peste era culpa del asesino del antiguo rey tebano, Layo.
Edipo juró darle caza al mismo, pero Creonte hipócritamente sabía quién era y se negó a colaborar, aunque al final Tiresias, un sabio, habló y destapó la verdad sobre Edipo, Layo y sí Yocasta, y Edipo se exilió a sí mismo, marchando errante para castigarse a sí mismo por el mal que había traído a la ciudad. Yocasta, aun así, le siguió, discutió con él y terminó suicidándose. Se clavó la espada de Edipo que él mismo sostenía, convirtiéndole indirectamente en doble parricida.
Después de estos trágicos sucesos, manchado y repudiado más por sí mismo que por los demás, presa de la maldición que él mismo lanzó contra el asesino del rey Layo, sin saber que estaba echándose tierra encima, se arrancó los ojos con los broches del vestido de su madre y esposa y vagó sin rumbo hasta que murió en un bosque cercano a Atenas, en donde fue honrado al morir.

Toda esta información está principalmente en la obra Edipo Rey, de Sófocles; Edipo, de Séneca y Edipo en Colono, también de Sófocles.

- Antígone.

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